Como los dos jóvenes protagonistas de su novela ‘Amics de mort’, que comparten un secreto que puede tener consecuencias mortales, el escritor Emili Teixidor no temía a la muerte, él estaba convencido de qué allí donde vaya será feliz. Tras luchar contra un cáncer, el autor de ‘Pa negre’, la novela que, llevada al cine, representó a España en los Óscar tras triunfar en las pantallas y en los Goya, falleció ayer a la edad de 78 años.
Para Teixidor nacer en la localidad de Roda de Ter (Osona) resultó definitivo para dedicarse a la literatura. Ya en su infancia coincidió en la escuela unitaria con el poeta Miquel Martí i Pol, y formó con unos amigos la Penya Verdaguer de aficionados a la literatura. Y así comenzó todo.
Tras estudiar derecho y filosofía y letras (periodismo y magisterio), Emili Teixidor ejerció de maestro en su comarca antes de trasladarse a Barcelona en 1958 y fundar con otros compañeros la escuela Patmos. Consciente de que la literatura catalana tenía un vacío importante en el campo de las obras para niños y jóvenes, a mediados de los sesenta decidió convertir su afición a los libros en la práctica de la escritura. Debutó con ‘Les rates malaltes’ ganando en 1967 el premio Joaquim Ruyra, el más veterano destinado a libros para jóvenes. A ese título le siguieron pronto ‘Quinze són quinze’ (1969) y ‘L’ocell de foc’ (1979). Aquel mismo año publicó su primer libro dirigido a adultos, el volumen de cuentos ‘Sic trànsit Glòria Swanson’, con el que ganó el premio de la crítica Serra d’Or. Durante aquellos años también colaboró en Cavall Fort, Tretzevents i Oriflama, tres revistas señeras para el público infantil y juvenil, y residió un tiempo en París, donde ejerció de editor.
A su vuelta comenzó a colaborar en el diario Avui, que no dejó hasta caer enfermo, y se dedicó por entero a la literatura publicando títulos de gran éxito entre el público joven como ‘En Ranquet i els seus amics’, ‘Em dic Pere’ ‘En Ranquet i el tresor’, ‘Dídac, Berta i la máquina de lligar boira’, ‘El crim de la hipotenusa’, ‘Les ales de la nit’, ‘Frederic, Frederic, Frederic’, ‘El soldat plantat’, ‘Cor de roure’ y la galardonada con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de las Letras españolas, ‘L’amiga més amiga de la formiga Piga’ (1997). Este simpático y conspicuo personaje tuvo diversas secuelas en títulos también de éxito como ‘Contes d’intriga de la formiga Piga’, ‘La formiga Piga lliga’, y ‘La botiga de la formiga Piga’. En 2001 había publicado su última novela para jóvenes, la ya citada ‘Amics de mort’.
Un par de años antes había obtenido con ‘El llibre de les mosques’ el premio Sant Jordi, el más importante de la literatura catalana. Entre ese y aquel primer libro de relatos tan solo había publicado dos títulos dirigidos a adultos, ‘Retrat d’un assassí d’ocells’, libro del cual Agustí Villaronga también utilizó algún fragmento para su laureada película ‘Pa negre’, y el injustamente olvidado ‘El primer amor’. Pero cuando en 2003 publicó ‘Pa negre’, la historia de miedos, miserias y falsas esperanzas de un niño de pueblo en plena posguerra, crítica y público concedieron, por fin, a Emili Teixidor el honor de ser considerado como uno de los grandes de las letras catalanas contemporáneas. Con ‘Pa negre’ obtuvo los premios Creixells (29003), Lletra d’Or y Nacional de Literatura (2004). ‘Laura Sants’, (2006) y ‘Els convidats’ (2010) han confirmado la maestría de Teixidor en el relato de larga distancia para público adulto. Es el legado que deja y que, de hecho, ya estaba contenido en su ensayo ‘La lectura y la vida’; un título que hoy se antoja simbólico.
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