Miguel Siguan (Barcelona 1918) falleció ayer por aneurisma en la clínica Sagrada Família de su ciudad, donde había ingresado unos días antes. La personalidad científica más eminente que ha dado la psicología del lenguaje había cumplido 92 años el pasado día 2. Puede que fueran ya muchos años para una persona, pero en este país a medio hacer no son los suficientes para que la obra de toda una vida, reconocida internacionalmente, pueda obtener un consenso social incuestionable cuando hay motivos políticos por medio. Pese a ello él no abdicó jamás de los evidentes y comprobados beneficios de la inmersión lingüística en aquellas comunidades bilingües, tal y como vio hacer en el Quebec antes de aplicar en Catalunya. Otra cosa era el ruido que se cree con la lengua, por mezquinos intereses políticos. En este aspecto su mejor testamento fueron estas palabras: "En el ambiente de crispación que se ha instalado en la vida pública española, parece que sólo se puede hablar de la lengua en Cataluña desde posturas en las que defender una lengua implica necesariamente denigrar a los hablantes de la otra. Para quien ha dedicado muchos esfuerzos a promover la convivencia y la solidaridad entre las lenguas y se ha ganado por ello pescozones de uno y otro lado, el panorama actual es descorazonante. Pero tampoco estoy dispuesto a cambiar de discurso".
Hijo de la típica familia barcelonesa de clase media, Miguel Siguan nació en el barrio de Gracia. Con sus estudios de filosofía truncados por la Guerra, no fue hasta 1943 en que ingresó en el cuerpo docente como catedrático de filosofía en un instituto de Santander, pero tres años después se trasladó a la London School of Economics, donde entró en contacto con una nueva manera de entender la psicología.
De vuelta a España terminó su tesis doctoral, ‘La psicología del amor’, y participó en la fundación de la escuela de psicología de la Universidad de Madrid. Siguan dedicó parte de aquel tiempo a estudiar los componentes psicológicos de la transformación social que se estaba produciendo en la transición del mundo rural hacia la industrialización en la España de la época,
En 1962 fue nombrado catedrático de psicología de la Universidad de Barcelona. Fue entonces cuando abandonó la psicología industrial para centrarse en el estudio de la génesis y el desarrollo del lenguaje en el niño junto a Jean Piaget, primero, y después en solitario, hasta que un congreso internacional celebrado en Barcelona en 1975 supuso su consagración internacional al presentar el estudio ‘Del gesto a la palabra’, en el que proponía una interpretación funcional del origen y desarrollo de las funciones del lenguaje. En 1969 había asumido la dirección del Instituto de Ciencias de la educación de la Universidad de Barcelona, puesto desde el que proyectó una actividad intelectual e institucional ingente. Contribuyó a actualizar la formación del profesorado pata adecuarlo a ley general de educación de 1970, posteriormente participó en la reorganización del sistema educativo en Catalunya y en la introducción de la enseñanza obligatoria del catalán, impulsó el seminario Lenguas y educación, un importante foro de estudio internacional sobre las lenguas en comunidades bilingües y fue pieza fundamental en la creación de la facultad de psicología de la universidad de Barcelona.
Su actividad intelectual y profesional fue tan longeva como su vida. Hace unas semanas aún participó en la presentación del libro ‘Revolució i esperança’ de Josep Mª Solé I Sabater, en las que contaba sus experiencias en la guerra civil, muchas de ellas relatadas ya en su libro ‘La guerra a los veinte años’.
Además de una larga lista de cargos como la presidencia de la Sociedad Española de Psicología y primer director del Linguapax de la UNESCO, Miguel Siguan era miembro de la Academia Europea, Doctor Honoris Causa por las Universidades de Ginebra y del País Vasco, había recibido el premio Compostela y la creu de Sant Jordi.
Miguel Siguan será enterrado hoy, a las 11.30 en el cementerio de Sant Gervasi, en Barcelona.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada