26/9/09

ALICIA DE LARROCHA, DE NIÑA PRODIGIO A REFERENTE UNIVERSAL


El Palau de la Generalitat de Catalunya acoge desde las diez de la mañana la capilla ardiente con los restos mortales de la pianista Alicia de Garrocha, fallecida anteayer en la clínica Quirón de Barcelona a la edad de 86 años debido a la evolución de un proceso cardiorrespiratorio.
Con cuatro Grammy y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1994) en su haber, Larrocha fue una niña prodigio. Nacida en Barcelona en mayo de 1923, dio su primer concierto público a los seis años en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona y a los once ya participó en su primer concierto oficial, con la Orquesta Sinfónica de Madrid. Fue su maestro de piano Frank Marshall, discípulo de Enrique Granados, quien la descubrió, y le hizo iniciar su carrera como concertista en 1940, con a penas 17 años. Ricardo Lamote de Grignon y Joaquín Zamacois fueron sus maestros de armonía.
Alicia de Larrocha inició su carrera internacional en 1947 con giras por Europa y Estados Unidos. Se presentó ante el exigente público británico en Londres en 1953, y en 1955 actuó pro primera vez en los Estados Unidos, en Los Ángeles. En 1956 formó dúo con el cellista Gaspar Cassadó y en 1959 asumió la dirección de la Academia Marshall de Barcelona, nombre con que su discípulo rebautizó la academia Granados. La maldita puerta de un taxi con la que se pilló el dedo pulgar estuvo apunto de truncar su carrera en 1968.
Junto a la celebrada edición de las Sonatas de Antonio Soler (1967), la obra de dos catalanes universales, Enric Granados (Lleida 1867) y Isaac Albéniz (Camprodón 1860), del cual se conmemora ahora el centenario de su muerte, fueron dos de los ejes centrales en la carrera de la pianista barcelonesa. De Granados, Alicia de Garrocha dirigió la monumental edición actualizada de toda su producción pianística con motivo del centenario de la fundación en 1901 de la Academia Granados. Además de piezas inéditas, la integral incluye la primera catalogación sistemática de sus composiciones para piano.
Y de Albéniz, hizo tan suya la suite Iberia, por la que ganó un Grammy en 1989,, que incluso los mas entendidos críticos internacionales destacaron la fuerza interpretativa de Garrocha, en tanto que es una composición que requiere una fuerza extraordinaria que, hasta ella, los entendidos creían reservada solo a pianistas masculinos. El repertorio romántico, con especial énfasis en Falla, e impresionista tampoco fue ajeno al piano de Garrocha.
Alicia de Larrocha fue galardonada con una inacabable lista de distinciones españolas e internacionales, entre las que se encuentran el título de Mejor artista del mundo (1977), la medalla de Oro del Spanish Institute de Nueva York, el premio internacional de la Fundación Harriet Cohen (1960), la medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes (1985), la Legión de Honor francesa, el premio UNESCO (1995), la Medalla d’Or de la Generalitat (1983), la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona (1980) y el Premi Nacional de la Música (2004), concedido tras su concierto de despedida, el 26 de enero de 2003, interpretando a Mozart junto a la Orquestra Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya.
La pianista catalana era considerada una de las primeras intérpretes del mundo, especialmente en Estados Unidos, cuyo público se había rendido a su colorido, elegancia y expresividad en la interpretación. A lo largo de su longeva carrera, la pianista ofrecía más de un centenar de conciertos por año en todo el mundo.
Los mejores concertistas españoles de piano, como Rosa Torres Prado, Javier Perianes o su discípulo Luís Hernando Pérez han destacado el carácter de referente universal de la intérprete barcelonesa por un doble motivo: porqué representaba todos los valores del arte, desde la técnica o la maestría hasta la honestidad y la entrega, y porqué llevó la música española por todo el mundo contribuyendo de forma definitiva a su prestigio internacional.