Todos los medios destacan el compromiso de Xavier Vinader con la verdad y la libertad de expresión, todos recuperan antiguas entrevistas con este símbolo del periodismo libre, y a todos, sin exclusión, dedicó afirmaciones tan contundentes como: "Hoy no hay ni grupos mediáticos ni periodistas independientes. Todos responden a determinados intereses tan amplios y relacionados entre si, que cuesta mucho hacer periodismo que no este casado con ningún grupo de presión y solo se haga para la información y el servicio público. No hay ningún grupo mediático que tenga como objetivo central el servicio público. Están por la publicidad, los intereses políticos, otros negocios. Las implicaciones son muy grandes". Pero, a pesar de todo, Vinader no era pesimista y seguía impartiendo clases de reporterismo en la Facultat de Comunicació Blanquerna, "internet y las redes sociales facilitan el periodismo de investigación. Hay una generación de jóvenes periodistas que saben usarlas muy bien y que están dando vida a pequeños medios que tienen un gran futuro. La interacción entre las redacciones digitales y las tradicionales dará un nuevo aire al periodismo."
Las personalidades complejas suelen ser las más optimistas. Vinader nació en 1947 en Sabadell, en una familia derrotada por la guerra. Sostiene que fueron tantas preguntas sin respuesta lo que le empujó al periodismo. Tras estudiar en los claretianos, donde estaba Casaldáliga, la influencia de aquella generación de curas que postularon la teoría de la liberación fue crucial en su formación. Estudió en la Escuela Oficial de Periodismo y debutó en medios locales como Diari de Sabadell o Radio Juventud. Después fueron llegando los grandes medios: Europa pres, Tele-Exprés, La Vanguardia o el Correo Catalán, para los cuales cubrió el fin de la Guerra ruso-china, la Revolución de los claveles en Portugal o la Guerra de Afganistán. Desde 1978 fue miembro del comité directivo del Grupo Zeta, hasta 1993 presidente de la ONG Reporteros sin Fronteras y escribió también en El Mundo y El Temps. Por ello recibió la Creu de Sant Jordi (2007) y la Medalla de la Ciutat de Sabadell al Mèrit Periodístic (2011).
Pero Vinader pasará a los anales por ser el primer periodista condenado en democracia. En 1979 publicó dos reportajes en Interviú con nombres y apellidos sobre la actuación de los grupos de extrema derecha en el País Vasco y la cobertura que les daba el estado y las fuerzas de seguridad. Poco después ETA asesinó a dos de los citados y la Audiencia Nacional condenó a siete años de cárcel al periodista por el pintoresco delito de Imprudencia temeraria. Exiliado en París sufrió un intento de atentado (anteriormente ya le habían puesto dos bombas). Regresó en 1984 y, tras pasar tres meses en Carabanchel, fue indultado. Pero las cloacas del poder siguieron intactas, y Xaier Vinader siguió investigando; porqué la verdad es el único y legítimo objetivo del periodismo. Algo que hoy yace olvidado en algún rincón de la redacción.
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