15/11/11

Josep Pernau, maestro de periodistas en libertad

No es maestro quién lo quiere. Enseñar requiere un estado de consciencia especial para que el discípulo reconozca la autoridad moral del maestro. El periodista Josep Pernau (Lleida 1930), que falleció ayer en Barcelona a los 80 años, fue un niño ‘feliz en un estado semisalvaje de vida de campo sin horarios, maestros, catecismos ni escuelas. La ocupación, o liberación, supuso la rigidez, el orden severo y la disciplina’, según confesó él mismo en su libro Diari de la caiguda de Catalunya. Ahora que recuerdo algunas tardes pasadas con él en la redacción de El Periódico de Catalunya, donde colaboré largo tiemop, pienso que fue probablemente esa doble condición infantil de libertad total y severa rigidez la que, años después, le permitió ser reconocido como maestro en esta compleja profesión de contar las cosas que suceden tal y como uno las conoce.
Junto a Josep Mª Huertas, Josep Mª Cadena y unos pocos más, Josep Pernau empujó con decisión los inicios profesionales de la generación de periodistas catalanes llegados antes que TV 3. El glorioso Tele eXpres, el viejo y añorado Diari de Barcelona y el siempre enmarañado Correo Catalán fueron algunas de las aulas donde Pernau ejerció de jefe con la mano de la libertad y de maestro con la de le rigidez.
De hecho Josep Pernau ya había trabajado un par de años de maestro en los Pirineos de los años cincuenta; buen aprendizaje. En 1952 ingresó en la Escuela Oficial de Periodismo de Barcelona, se estrenó en el oficio en 1954 y en 1966 cofundó el Grup Dremocràtic de Periodistes. Ya en la transición presidió la Asociación de la Prensa y, de 1978 a 1981, la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE): Entre 1991 y 1997 fue decano del Col·legi de Periodistes de Catalunya, periodo en el que se aprobó el Código Deontológico.
Antes de trabajar en la que fue su casa, El Periódico de Catalunya, donde ejerció de columnista y editorialista durante veinte años, Josep Pernau fue director del Diario de Barcelona, del Diario Femenino, de su sucesor, Mundo Diario, de la revista Destino y del semanario Mundo.
Fue también autor de los libros Historia Mundial des de 1939, Diari de la Caiguda de Catalunya (1989), Memories, d’Arbeca a l’Opus Mei (29004) y Humor de combat (2007), y del programa de televisión Los Niños del 36.
Como no podía ser de otra forma, recibió numeroso premios. En 1991 ganó los premios Ortega y Gasset y el Ciutat de Barcelona, en 2002 el Josep Maria Lladó a la libertad de expresión y el Premio Internacional Manuel Vázquez Montalbán en la categoría de periodismo cultural y político en el 2005, año en que recibió también la Creu de Sant Jordi de la Generalitat.
Pero lo que no se cuenta a menudo son los beneficios que obtuvieron quienes aprendieron de él. Además de los diez años en que estuvo inculcando su experiencia en la Escuela de Periodismo y en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, para los jóvenes periodistas Josep Pernau fue siempre alma y motor de las redacciones que pisó.
Cuando me dedicó el libro Diari de la caiguda de Catalunya con su simple y potente ‘amb la meva amistat’, supe que por fin me había ganado la licenciatura de las redacciones y del cerrar páginas escribiendo contra el reloj. Era abril de 1989 y uno llevaba ya bastantes años en esto. Y puede que, a pesar de lo poco que queda hoy en día de este oficio, su maestría me ayuda a seguir en él.