28/5/08

SEBASTIÀ SALELLAS, UN ABOGADO HUMANISTA

El abogado ampurdanés Sebastià Salellas falleció ayer en el hospital Clínic de Barcelona, en el que llevaba ingresado 15 días, a causa de una hepatitis complicada con una neumonía. Nacido hace 59 años en Viladamat, el letrado se hizo muy popular por tres motivos, la defensa de los independentistas detenidos por el juez Garzón en 1992, la de los inmigrantes de la operación Estany, acusados de pertenecer a una célula terrorista islámica, y por su larga y espesa barba, casi tan grande como su humanismo, afabilidad y categoría como letrado.
Sebastià Salellas, licenciado en derecho por la Universidad de Barcelona en 1979, era una suerte de Francesc Layret postmoderno. Si aquel fue conocido a principios del siglo XX como catalanista y abogado de los obreros de Catalunya, a Salellas se le relacionará siempre por dos casos que le dieron prestigio internacional y fuerza moral. El primero fue el de la defensa del grupo de jóvenes independentistas detenidos en 1992, poco antes de los JJ OO de Barcelona, por orden del juez Garzón. Salellas llevó este caso de detención con torturas ante el Tribunal de Estrasburgo, que condenó al Estado español, la primera vez en la historia de esta instancia judicial, no haber investigado los a los tratos que sufrieron los detenidos.
El segundo caso que dio nombre en toda España a Sebastià Salellas fue el de la defensa, junto a su hijo Benet, de los inmigrantes algerianos, marroquines y pakistaníes del llamado caso Estany, acusados de pertenecer a un comando terrorista islámico y a poseer material para la fabricación de explosivos, producto que en realidad se trataba de jabón, motivo por el cual la operación pasó a ser popularmente conocida como operación Dixan y puso de nuevo en ridículo la instrucción de la Audiencia Nacional. También llevó la defensa de los pakistaníes detenidos en el Raval de Barcelona acusados de formar una célula islamista, la de los jóvenes imputados por la quema de fotos del rey y la del policía local Antonio Guirado, uno de los implicados en el secuestro de Mª Àngels Feliu, la célebre farmacéutica de Olot.
Personaje muy querido en Girona, ciudad en la que tenia su bufete que abrió en 1982, Salellas había sido incluso concejal en los primeros tiempos de Joaquim Nadal como alcalde. Aunque posteriormente se apartó de la política activa y de partido, había seguido defendiendo siempre en público sus ideales socialistas de influencia cristiana, alejada de la jerarquía eclesiástica, eso si.
Hace tres semanas todavía estuvo en la Audiencia Nacional, donde su historial como letrado brillante imponía, por una querella interpuesta contra el cooperante Gil Losada por presuntos malos tratos a unos niños acogidos en una ONG en Etiopía.
Salellas, además de colaborar con diversas entidades defensoras de los derechos humanos y de los derechos de los procesados, de ser miembro de la Assiciació Catalana de Juristas Demòcrates y de multiplicar su presencia en numerosos casos todos de gran complejidad, todavía tenía tiempo para ejercer como, profesor de Derecho Penal de la facultad de derecho de la Universidad de Girona (UdG). Pocos estudiantes de leyes habrán tenido la posibilidad de tener de profesor a una persona de una valía profesional y humana reconocida por amigos y rivales como Sebastià Salellas.

Publicat a El Mundo del Siglo XXI

1 comentari:

Anònim ha dit...

Molt bon article. Trobarem a faltar en Tià els que vam tenir la sort d'haver-lo conegut.