'Cuando llegues a la cima de
la montaña sigue subiendo', dice un proverbio budista muy popular entre los
escaladores. En eso debían pensar Nil Bohigas y Enric Lucas, dos viejos colegas
de la tribu de escaladores catalanes New Wave que en los setenta cosían a
buriles Montserrat, cada una de las siete noches que se pasaron colgados de la
pared del Anapurna. Eligieron la cara sur del Anapurna Central porqué el
permiso del gobierno del Nepal fue el que llegó primero y porqué es una montaña
espectacular. Se plantaron frente a la pared sin saber como subirían y, sin
proponérselo, revolucionaron la escalada, atacando en estilo alpino. "Era un poco más alta que las demás",
pero hicieron lo mismo: seguir subiendo tras llegar a la cima. Era 1984, y esa
ascensión supuso un hito mundial en la escalada nunca repetido. Nil Bohigas (Barcelona
1958) falleció ayer repentinamente por causas aún no esclarecidas, pero sigue
subiendo. Siempre hay cimas.
Con 15 años Nil Bohigas se inició en la escalada en los Cingles de Bertí y
en las rocas y agujas de Montserrat, como todo el mundo en Catalunya. De ahí
pasó al Pedraforca mítico donde Luis Estasen creó la escalada moderna. Con su
hermano Néstor, Toni García, Ricard Herrero, Enric Lucas y otros abrió varias
vías en todas esas montañas. De ahí saltó a los Alpes, claro, donde en 1983, y
ya con Lucas, encadenan la Aguja Blanca de Puetérey con el Frêney, el pilar
central del Mont Blanc, en tres días. Al año siguiente intenta una invernal a
la cara norte del Eiger y han de ser rescatados.
En 1982 conquistó la cima norte del Sraghrar Peak (7.349) y en el 83 y el
85 intentó sin éxito el Everest por la arista Norte. Fue junto al legendario
Conrad Blanc con quién, en 1988, alcanzó el techo del mundo. Su currículum fue
espectacular: escaladas solitarias al Baruntse, al Chu-Polu y al Pethange, dos
intentos junto a su hermano de hacer la Torre Asgard, en la isla de Baffin
(Canadà), un monolito con una impresionante pared de 800 metros de desnivel,
además de diversas exploraciones en el Ártico. Así, en 1991 se convirtió en el
primer español en llegar al Polo Norte Magnético tras recorrer 770 quilómetros
en 78 días, y al año siguiente intentó llegar al Polo Norte geográfico.
En 1988 Nil Bohigas ya fue precursor de los deportes de aventura al límite
al lanzarse en parapente desde la arista oeste del Everest (7.300 metros). Los
años noventa trajeron las pruebas de ultrafondo en montaña y los deportes de
aventura y Bohigas estuvo diseñando las pruebas precursoras como Raiverd,
prueba pionera en la conjunción de diversas especialidades de la montaña. Para
poner en marcha este tipo de eventos, Nil y su hermano Néstor fundaron No
Límit, empresa dedicada a promover y organizar este tipo de actividades. Y es que,
como dice el popular proverbio montañero vasco: 'Non goga, han zangoa' / 'Donde
van tus pensamientos van tus pasos'. Nil Bohigas lo entendió siempre así.
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