4/6/15

Yo no me voy

El pati de Casa Anita
Hace más de diez años Oblit Baseiria, hasta entonces editora de Columna, dejó su trabajo en el sello de Planeta para abrir una pequeña librería infantil en Gràcia. No se complicó la vida; le puso Casa Anita, el mismo nombre de la mercería que habia ocupado el local años atrás. Con el tiempo la libreria fue ganando prestigio y clientela y, necesitada de más espacio, se trasladó a un local mayor con un impresionante patio en la calle Vic, sin salir del corazón del barrio. Feliz con su proyecto, a finales del pasado año celebró el decimo aniversario de la librería.

Pero ahora el edificio ha sido comprado por la inmobiliaria Pruedo, quien presiona a la librera para que se marche antes de fin de mes como ya han echo el resto de vecinos de la escalera. Hay prisa, los nuevos pisos que quedaran una vez remozado el inmueble ya están a la venta en portales de internet por más de 400 mil euros.
Oblit Baseiria es la única arrendataria que queda en la casa. El resto, gente muy mayor casi todos, aceptó lo que les ofreció un tal Néstor, que se presentó como amigo del propietario, y dejó el piso. A ella este misma persona le ofreció 30.000 euros por dejar el local, pero tiene un contrato en vigor por cinco años y está dispuesta a cumplirlo. Lógico, no tiene otro espacio de las mismas condiciones al que trasladar el negocio del que vive. Poco después de rehusar la oferta, y de hacer una contraoferta rechazada a su vez por Néstor, le llegó un burofax en el que se le anunciaba que tenían que disponer de una parte importante del local para instalar un ascensor. La librera pidió que le mandaran el proyecto, pero los planos quedaron reducidos a un simple y esquemático croquis que su abogado rechazó de plano. El pasado 28 de mayo recibió otro burofax conminándola a abandonar el local a finales de junio aduciendo "incumplimiento de contrato". La razón es que en Casa Anita se hacen actividades que no són venta de libros, que es la actividad que consta en el contrato. Como en todas las librerías del mundo, en Casa Anita se hacen presentaciones de libros y sesiones de cuentacuentos, nada más propio e intrínseco de una librería. Que dirá el próximo burofax?
Harta de recibir presiones, Oblit, que creció entre libros ya que su madre fue la librera de la histórica Ona, ha lanzado un SOS de ayuda a amigos y vecinos con el título de "Jo no marxo" que ha corrido como la pólvora. El jueves no dejaba de entrar gente durante toda la mañana para firmar un documento en el que, a demás de denunciar la especulación urbanística que sacude a Gràcia, se da soporte a la actitud resistencial de Casa Anita. Escritores de prestigio como Joaquim Carbó, fundador de Cavall Fort, Narcís Comadira, Patrícia Gabancho o Esteve Miralles se han adherido a la campaña. Las cámaras de TV3 y BTV casi no tenán espacio para trabajar y el teléfono no paraba de sonar.
Casa Anita quizás es como la aldea de Astérix, la última resistente. Baseiria no pide más que tiempo suficiente para encontrar un local con condiciones semejantes al que tiene alquilado, pero la impersonal maquinaria de la especulación no quiere saber nada ni de libros ni de vecinos. Alguien recuerda un caso similar en la cercana calle Ramon y Cajal. El nuevo propietario no se detuvo ni aun teniendo inquilinos en el inmueble y comenzó las obras aislando literalmente al último vecino. Lo tuvieron que sacar los bomberos preso de un ataque de ansiedad. Ya no quedaba ni la escalera para subir hasta el piso. Y todavía hay quien se sorprende de los resultados de las municipales.

Si voleu llegir-lo a EL MUNDO:
http://www.elmundo.es/cataluna/2015/06/05/5571aeefe2704e4a518b4583.html