19/7/17

Tarradellas, la ambición de la legalidad

El libro 'Tarradellas, el guardià de la memòria' (Pòrtic), retrata un hombre de carácter, que vivió para la política, y tenaz por mantener la Generalitat en el exilio, aun a costa de su patrimonio y familia.

EL Mundo, 17 de juliol de 2017

El retorno de Tarradellas a Catalunya como presidente de la Generalitat fue posible por su obstinación en mantener a la institución que representó de forma unipersonal durante casi tres décadas, como única legalidad histórica. Así lo resumía el informe que Andrés Casinello redactó para Suárez tras la visita que el militar, acompañado de Manuel Ortínez, factor del retorno del President, hace a Saint Martin le Beau  en 1976. "Lo único importante: Generalidad que él representa". Y tras los resultados del 15 J, con victoria de la izquierda en Catalunya, Suárez apuesta por Tarradellas en detrimento de Pujol, representante del Consell de Forces Polítiques en Madrid, a quien el President ya había pedido que dimitiera por falta de representatividad. "No dudo que hallareis la forma de hacer pública vuestra dimisión", le escribe. Poco después, al periodista Manuel Ibáñez Escofet, le habla de Pujol en estos términos: "Soy consciente del grave peligro que representa para la Generalitat y mi persona la campaña que sostiene Pujol de acuerdo con los comunistas". López Bulla (CCOO) y Antoni Gutiérrez Díaz (PSUC) habían propuesto al Consell que fuera Pujol quién lo representara en la comisión española. El anticomunismo, otra obsesión de Tarradellas ya desde los años 30.
Todas estas cartas y notas son parte del Arxiu Montserrat Tarradellas i Macià, depositado en el monasterio de Poblet. Josep Tarradellas (1899-1988) documentó minuciosamente su trayectoria política en más de 93 mil cartas y 33 mil fotografías. Transcurridos 15 años del fallecimiento de su esposa, Antònia Macià, todos los documentos pueden ser ya consultados. Esto incluye una llamada 'carpeta azul' con nombres de protagonistas de hechos del período revolucionario 1936-1937, una época convulsa que acarreó cerca de 8.000 muertes. Es a partir de este momento (2016) cuando los periodistas Enric Canals y Josep Mª Ràfols se propusieron hacer el retrato del President de la Generalitat en el exilio a partir de las cartas, notas y papeles de su archivo, incluida la carpeta. Así surgió el documental 'Tarradellas, l'home que ho guardava tot' (emitido por TV3) y el libro 'Tarradellas, el guardià de la memòria'.
Además de algunos aspectos humanos relativos al afecto hacia sus hijos, Montserrat y Josep, y a su esposa Antònia, durante su estancia en prisión y posterior periplo por Europa buscando refugio: "Antònia, ayer me pareció que estabas disgustada...he estado pensando para adivinar los motivos por los que tus ojitos no brillasen como otras veces"; o a sus gustos culturales, "la música alemana, excepto Wagner, el jazz y los crooners americanos o la música francesa de la época porqué le gustaban a su hija", el libro traza un retrato firme del Tarradellas político: la historia de la ambición por mantener la Generalitat, a pesar de la penuria económica que le llevaron a vender la finca del Clos de Mosny, que él había adquirido en 1939 según la escritura guardada en el archivo. "Antònia ya no sabe que decirles a los tenderos", escribe en un momento de desesperación por las deudas.
Desde que en marzo de 1931 se ofreció a Macià para hacerle de secretario, Josep Tarradellas puso una enorme tenacidad al servicio de sus objetivos políticos. Se enfrentó a Companys el 6 de Octubre del 34, pero estuvo en el Palau y allí fue detenido con el Govern. Acusó al President en 1937 de "que esté haciendo la política que la UGT y el cónsul de la URSS le están marcando". No dudó en encararse a las Patrullas de Control, de las cuales en la carpeta azul se conservan listas de sus miembros, y a su jefe, Dionís Eroles, e incluso a dos chantajistas que le amenazaron ya en el exilio.
Pero sus enfrentamientos políticos más sonados, todos documentados en el archivo, fueron con el abad Escarré: "Montserrat está bajo la influencia de los comunistas y los progresistas", escribió en una nota; con Òmnium Cultural, de cuyos impulsores dijo: "llamarse catalanistas en Barcelona, franquistas en Madrid, servir fielmente al régimen y, al pasar la frontera, reclamarse como ultranacionalistas" y con las iniciativas políticas al margen de su participación, como el complot impulsado por el popular sastre, Josep Camps, en el que debía participar el rey de Marruecos. Además de con Pujol, a quien terminó traspasando el poder tras las primeras elecciones al Parlament que certificaron el éxito de su política.

Mejor Ferrusola que Pujol
A pesar de la buena imagen que tuvo de Pujol en su primera entrevista, en Saint Martin le Beau, "la impresión que me causó fue muy agradable. Su físico, sus palabras cordiales, su mirada inteligente...me produjeron une excelente sorpresa", Tarradellas no tardó en cambiar de opinión: "El resultado de las conversaciones es lamentable... Es difícil comprender sus constantes elogios al Opus y a los López Rodó y Porcioles".
Pero con quien coincidió fue con Marta Ferrusola. Tras una respuesta irritada de Pujol, Tarradellas anotó: "Tuve el presentimiento que me había equivocado hablándole ante su esposa, quien me pareció muy inteligente y que se nota que no se ha dejado convencer por los aduladores de su marido."