En la ochava de la avenida de Rivadavia con Ayacucho, en pleno centro
de Buenos Aires, el ingeniero Eduardo Rodríguez Ortega proyectó en 1914 un
edificio modernista en el cuyos detalles ornamentales volcó su admiración por
Gaudí. Cuando en 1999 fue restaurado, el arquitecto Fernando Lorenti agregó dos
elementos más a modo de homenaje: un escudo de Catalunya y la frase 'No hi ha somnis impossibles'. Ese
edificio es hoy, junto al Casal de Catalunya, en San Telmo, símbolo de la
huella catalana en la Argentina.
Cuando la porteña Patricia Gabancho (1952) era joven el edificio
estaba en plena decadencia, pero no el Casal. Conoció a los exiliados de
izquierdas e independentistas, disidentes del centro cultural, y ellos le
enseñaron la lengua y la cultura. Patricia, que falleció el martes en Barcelona
víctima de un cáncer, comenzó a soñar en catalán en su Buenos Aires natal. Y,
tras estudiar periodismo se trasladó en 1974 a Barcelona para ver como era la Catalunya
contada. Y aquí ha vivido desde entonces.
En 1980, con 'Cultura rima amb confitura' hizo una sonora irrupción en
el panorama cultural. El libro proponía un debate sobre la literatura catalana
valiente y sin complejos. La polémica generada fue larga y no siempre justa con
su propuesta modernizadora, pero la buena acogida de los sectores más jóvenes,
que así entraron en el debate cultural, convirtieron pronto a su autora en un
referente claro para la recuperación nacida al abrigo del Congrés de Cultura
Catalana, y que tuvo en la fundación de la Associació d'Escriptors en Llengua
Catalana uno de sus primeros puntales. Sobresalió en aquellos primeros
encuentros de escritores catalanes, vascos y gallegos (GALEUZCA), y se creó una
aureola de polemista inteligente y audaz con la que conquistó la escena
literaria joven que emergía en los ochenta.
Y la Gabancho, como todos la llamábamos, pasó, con todas naturalidad,
a ser escritora catalana; sin olvidar su tierra de origen: 'Barcelona, tercera
pàtria del tango' (1990), con la que fuera su pareja Xavier Febrés, fue su
segundo libro.
Patricia desplegó siempre en sus libros y artículos en la prensa
escrita sus dos grandes áreas de interés: la social, con numerosos textos sobre
urbanismo y la Barcelona metropolitana, como en 'El Besòs, el riu que mirava
passar els trens' (1999) o el reciente 'Caminar Barcelona' (2016) y la cultural
y política, con títulos como 'Despert entre adormits. Joan Maragall i la fi de segle a Barcelona' (1998), 'Apàtrides,
incultes i (de vegades) analfabets' (2008), 'Crònica de la independència' (2009), 'La batalla de l'Estatut' (2010), la muy reciente 'Amalia i els
esperits' (2017), Les dones de 1714 (2014), 'La autonomia que ens cal és la de
Portugal' (2012)o 'El preu de ser
catalans. Una cultura mil·lenària en vies d'extinció' (2007) donde
vaticina la desaparición de la lengua y la cultura catalana en un par de
generaciones. También publicó la novela 'La neta d'Adam', con la que ganó el
premio Prudenci Bertrana el 2012. En la obra reconstruye la historia de su
familia y, a través de ella, disecciona la historia moderna de la Argentina.
Además de colaboradora en populares programas de televisión como 8 al
dia o Els matins de TV3, Patricia Gabancho fue miembro del Centre d'Estudis
Sobiranistes y de la Assemblea Nacional catalana desde su fundación. También era
vicepresidenta del Ateneu barcelonès desde 2014, y una persona siempre generosa
para con sus compañeros de profesión.
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