Toda civilización tiene una lengua que la describe. Explicar una cultura en
otra lengua es falsear la realidad, es contar otra cosa. Por eso una lengua ha
de estar al servicio de quien la habla, sean muchos o pocos. Porqué el valor de
una lengua no depende de la cantidad de hablantes, sino del relato que expone.
El sentido de hablar una lengua, sea grande o pequeña, es un derecho universal
del ser humano, que nadie pone en duda cuando se trata de idiomas mayoritarios
de grandes territorios, pero que se pone en cuestión cuando de ciudadanos de
culturas pequeñas, o supuestamente multilingües, se trata. En el mundo hay casi
6.000 lenguas y unos 200 estados. Supeditar una lengua a la rentabilidad
comunicativa es homogeneizar el pensamiento, empobrecer el mundo. Por esta
regla de tres, deberían desaparecer 5.800 lenguas. La diversidad lingüística es
ecología social. Porqué para Jesús Tuson (València 1939), la lengua era un
patrimonio natural. El lingüista, catedrático de filología y fundador del
Departamento de lingüística de la Universitat de Barcelona, falleció el sábado
pasado en Barcelona a la edad de 77 años, según dio a conocer el Grup d’Estudis
de les Llengues Amenaçades (GELA).
Dedicado a la docencia durante más de cuatro décadas y profesor de miles de
alumnos de la UB, extremadamente afable, sin caer jamás en extremismos,
supeditando toda argumentación a la ciencia y dejando de lado expresamente la
política, Tuson tuvo un don especial para explicar la Historia de la
Lingüística, la Semántica, la Poética o la Teoría e Historia de la Escritura;
algunas de las asignaturas que impartió en la Universitat de Barcelona, de la
que fue profesor hasta el 2009, cuando se jubiló. Antes había contribuido a
crear el Departamento de lingüística, pionero en la universidad española.
Autor de una sólida obra divulgativa, y muy popular, con libros como ‘El
luxe del llenguatge’ (1986), ‘Mal
de llengües’ (1988), ‘Històries
naturals de la paraula’ (1998), ‘¿Com
és que ens entenem?’ (1999), ‘Una imatge no val més que mil
paraules’ (2001), ‘Patrimoni natural’ (2004), ‘Lletres sobre lletres’ (2006),
‘Això és (i o és) allò’ (2008), ‘Paraules en la corda fluixa’ (2009) o ‘Quinze lliçons sobre el llenguatge (i
algunes sortides de to)’ (2011), contribuyó
decididamente a difundir la importancia de las lenguas minoritarias y a
desterrar no pocos prejuicios y tópicos lingüísticos de muchas personas. “Una lengua es un mecanismo complejo, i nunca
una niña ha tenido fiebre por aprender las oraciones subordinadas adjetivas”,
dijo en respuesta a unas familias que se mostraron aterradas por que sus hijos
tuvieran que aprender catalán. “El
lenguaje es una posesión humana; es aquello que nos distingue de las ratas y
los chimpancés; preguntarse el por qué es algo que sólo existe en el cerebro
lingüístico de la gente, en ningún otro lugar. Por eso no se debe perder
ninguna lengua”, había dicho.
El Conseller de Cultura de la Generalitat, Lluís Puig, ha tuiteado: “Tristes por la muerte del lingüista Jesús
Tuson, figura central en la difusión de la importancia de las lenguas
minoritarias. Perdemos un referente”. Para la profesora Carme Junyent,
compañera de Tuson en el Departamento de Lingüística de la UB: “En su obra hay un antes y un después, que no
solo se refleja en la lengua, sino también en la forma de abordar la
lingüística”. Para el profesor de la UB, Xavier Vila: “Leer su obra es una vacuna contra cualquier tipo de supremacismo
idiomático”.
El entierro de Jesús Tuson tuvo lugar el domingo a mediodía en el Tanatorio
de la Ronda de Dalt de Barcelona.
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