14/12/14

Joan Barril, periodista, escritor y amante de la vida

Hay artículos que uno piensa que jamás escribirá. Si un colega te confiesa que es un optimista con la vida, pero "que va pensando en que la palmará tarde o temprano, como otros han hecho antes", uno piensa que el amigo es de esos que vivirán todos los años que necesiten para contar a los menos optimistas lo mucho que da la vida. Y no ha sido así, y son de esas cosas que joden, porqué a la postre terminan siendo artículos, papeles que uno no quisiera escribir jamás. Joan Barril (1952), periodista, escritor y amante de la vida, perdió la madrugada del sábado aquello de lo que más presumía. Falleció en su Barcelona natal por una neumonía que no pudo superar.
A pesar de ser de izquierdas y republicano, sector donde abunda el pesimismo histórico, Barril era un optimista por naturaleza. Y lo mejor: era capaz de inocular optimismo a su entorno; ya fuera en una charla, leyéndole un artículo o escuchando su 'Cafè de la República', cada noche en Catalunya ràdio. Y eso enganchaba al oyente, atraía al lector y seducía al contertulio de mesa, género literario este de la copa y la charla en el que sobresalía como pocos. La pasión por vivir lo trae.
Se presentó Joan Barril en público dirigiendo el semanario El Món. Cabal como era, amenazó con dimitir si se repetían los insultos de un colaborador hacía cualquier cosa que se moviera. Y cesaron. Lo seguimos leyendo en el Diari de Barcelona (por raro que parezca su 'Álbum de cromos' era pura poesía periodística), después en El País, La Vanguardia y fue fiel a El Periódico de Catalunya hasta que ingresó en el hospital Clínic el pasado octubre. Escribió un artículo de lunes a viernes y un cuento el fin de semana. Los que aman la vida tienen muchas cosas que contarnos y, por si eso era poco, presentó durante cinco años el magazine matinal de la extinta COM ràdio, 'La R-pública' y el programa literario de BTV 'Qwerty'. Posteriormente pasó a Catalunya ràdio para presentar el bello e inteligente 'Cafè de la República' hasta el último aliento de vida. Mientras, realizó 'L'illa del tresor' en el Canal 33 junto a Joan Ollé y fundó la editorial Barril & Barral. Y, a pesar de todo este trajín, nunca abandonó sus tertulias con amigos, su pasión por la buena mesa y por el mejor champán. En COM ràdio descorchaba cada día una botella para él y los invitados, convirtiendo el programa en una amable charla. Y es que Barril tenía el buen gusto de reconvertir a los personajes en personas.
El 'enorme talento con las palabras y su gusto por la vida', tal y como ha definido a Joan Barril el conseller de cultura Ferran Mascarell, se tradujo en una quincena de libros y media docena de premios literarios de primera categoría. Desde 'Un submarí a les estovalles', que le valió el Pere IV de Hamor i Sátira en 1988, hasta 'Les terres promeses' título por el cual en 2010 le concedieron el Sant Joan, Barril fue, más que escritor, un humanista de las letras (había estudiado Filosofía y letras). Tocó casi todos los géneros y siempre lo hizo con acierto y proximidad al público, lo que le dio numerosos y fieles lectores. A pesar de no ser un apasionado de la ficción, ganó el Ramon Llull en 1998 por 'Parada obligatoria' y el Ramon Muntaner del mismo año por 'Tots els ports es diuen Helena', novela por la que le otorgaron en el año 2000 el premio de la crítica Serra d'Or. 'Condició de pare' (1997), 'Gairebé una parella' (2001), 'Bons propòsits' (2002), 'Sobre l'amor' (2007), 'Sobre els plaers' (2009), auténtico manual del optimista o 'El caçador d'ombres' (2012) son otros títulos. Y a pesar de esta fecunda obra todavía pensó que dejaba cosas por hacer. Así lo reconoció en julio pasado, al entrevistarme por mi último libro: "Confieso que siento envidia sana. Este libro me habría gustado escribirlo a mi", dijo por antena. Y yo me estremecí, porqué me lo decía un amante de la vida. Él lo creía y lo contaba. No muchos lo hacen con tal honestidad.

Escolteu aquí la darrera conversa Barril / Vallbona a El cafè de la República, a propòsit de: 'De contents a enganyats"