14/6/07

YO NO VOY, Y QUÉ?

No voy a ir a la Feria del libro de Frankfurt. Me sugirieron la posibilidad de ir y la rechacé, no por motivos políticos ni ninguna sandez por el estilo; no voy a ir a la feria del libro porqué no tengo nada que hacer allí. He estado un par de veces y, francamente, es un lugar aburrido y deprimente donde la mayoría de escritores del mundo no pintan nada. Para qué tengo que ir a Frankfurt si no tengo libros traducidos al alemán, si ya tengo quién gestiona mis derechos de autor (y ella si que va, sólo faltaría), si no voy a dar ni a oír ninguna conferencia y si no se echar un huevo ni dar un paso de baile (es decir, no sirvo como promotor turístico)?
No voy a ir a Frankfurt y a pesar de ello mi producción literaria no se va a resentir ni mis editores van a retirar mis libros. No voy a ir a Frankfurt y no voy a dejar de escribir en este periódico, ni de ir a las tertulias radiofónicas ni la universidad me va a rescindir el contrato. No voy a ir a Frankfurt y ustedes, lectores, seguirán disfrutando con las historias, de ficción o no, que les cuento. Es decir, no voy a ir a Frankfurt, pero voy a seguir siendo escritor, no sufran.
Pero que van a hacer allá buena parte de los 130 escritores invitados? Nada. La política de cuotas hace cosas raras. De la larga lista de agraciados en el sorteo hay un buen número de anónimos que ni me suenan, y no será qué no conozca el gremio. Porqué han aceptado ir a la feria si saben que son la cuota poeta, la cuota independentista, la cuota mallorquina, valenciana o lo que sea, pero que realmente no tiene nada que hacer ni decir en Frankfurt? Insensatez, desfachatez o ilusión infantil de quien se ha hecho méritos para ir a la excursión de fin de curso? De todo hay. Los teléfonos han estado muy colapsados últimamente con tanto advenedizo lloriqueando para que lo inviten.
Tampoco van a ir a Frankfurt unos cuantos escritores en castellano. En este caso por motivos diversos, pero a pesar de que la solución era idónea (ir del brazo de sus editoriales pagando el Llull.), algunos no han aceptado quizás por despecho (la invitación se hizo tarde y mal), por pereza (también piensan que no van a hacer nada allí), por ceder el protagonismo a la cultura catalana, que es tan propia de este país como la castellana, pero es la invitada, o por miedo a volar, a saber. Pero meter todas las razones en un saco, mezclarlo con la negativa de Pamies y decir que la cultura catalana va a ir a la feria con una alineación de segunda, que es lo que ha escrito el periódico Frankfurt Allgemainer, es demostrar una ignorancia impropia de un periódico que se las da de serio.

Publicat a El Mundo del Siglo XXI