5/5/16

Mey Hofmann, pionera de la enseñanza de la alta cocina

La passión es el motor de la vida. Solo si somos capaces de esforzarnos en hacer aquello en qué creemos, llegaremos a crecer libre y nobles. Y puede incluso que felices. Tras estudiar decoración y economía, Mey Hofmann puso todas sus fuerzas  al servicio de su pasión, la cocina. Y así creció, vivió e hizo felices a miles de paladares. La cocinera y pionera en la difusión de los estudios de alta cocina, falleció la mañana del martes en Barcelona a la edad de 69 años tras luchar duramente contra el cáncer.
El lunes por la noche su hija Sílvia recogía en su nombre el premio especial que la Academia Catalana de Gastronomía concedió a la escuela Hofmann. Mey ya no tuvo fuerzas para recogerlo personalmente, pero en este acto se certificó el relevo generacional que ya llevaba un tiempo de rodage: la saga perdura, las mujeres de la família siguen alimentando la pasión y contagiándola a estudiantes y comensales.
Mey Hofmann estudió en el Liceu Francès de Barcelona y en Alemania. De nuevo en Catalunya, estudió Económicas en la Universitat de Barcelona, arquitectura de interiores, gemología y diaeño de joyas. Y después pensó en hacer que sus joyas fueran gastronómicas. Así nació su pasión por la cocina y así forjó su ideario de xocina moderna.
Tras foguerase con parientes y amigos, muchos de los cuales la animaron a que se dedicara a la cocina, Mey Hofmann abrió su escuela en 1983. Poco o nada se sabía  entonces de grandes chefs, y menos de que fueran mujeres. Trajo a Bocusse y a Arzak a Barcelona, les contó su sueño, se lo mostró y la creyeron. El resto fue trabajo duro y mucho talento: treinta y tres años de escuela, un prestigio creciente, más de 2000 estudiantes, un restaurante con estrella Michelín desde 2004, una pastelería que era la niña de sus ojos y dos establecimientos más relativamente recientes, la Taverna Hofmann y el Hofmann bistró.
Esta aristócrata de la cocina, en palabras de Juan Mari Arzak, fue así la precursora de los estudios de alta cocina, una auténtica vanguardista por la época y por ser mujer; pero jamás desatendió sus própios fogones y todavía tuvo tiempo de escribir libros como Socorro, tengo invitadoa, Fuego y pasión en la cocina o Las recetas de Mey Hofmann. En un reciente libro Carme Ruscalleda la calificó de creativa, emprendedora, valiente y capaz..
Precursora también de la cocina moderna ligera y con un cuidado especial por la estética, Mey Hofmann será recordada por Kevin Costner como una de las mujeres que le dijo no. Cenando en su restaurante el actor le propuso dirigir The Clubhouse, un nuevo restaurante que abrió en California (y que ya cerró). Pero ella dijo no. De Barcelona no quería moverse. Hoy su apellido está ligado estrechamente y para siempre con la ciudad. ‘Con rigor y humildad se llega muy lejos’, era una de sus divisas. Hofmann ha situado lejíssimos el nombre de Barcelona. Su adelantada visión vanguardista de la cocina y su pasión fueron sus mejores armas.
Aquella niña que se sentia diferente porqué se passaba los veranos en un internado en lugar de ir a la playa, convirtió su sino en virtud. Decidida a aprovechar el tiempo ( le hacían levantar a las 6), aprendió a cocinar, a hacer pasteles, a xoncowr y amar  las flores y a ver el mundo des de una cierta pwrsoectiva estética. De la fusión de todo ello nació una pasión que alentó su vida hasta el último suspiro. Los siguientes latidos seguiran siendo Hofmann: la saga continua. No todos los pioneros pueden decir lo mismo.